Consejos para fertilizar las plantas de aloe: cuál es el mejor fertilizante de aloe vera
Los aloes son plantas de interior maravillosas: requieren poco mantenimiento, son difíciles de matar y prácticos si tienes una quemadura solar. ¿Pero estas plantas resistentes se beneficiarían de un poco de cuidado extra? Sigue leyendo para aprender más sobre la fertilización de las plantas de aloe.
¿Es necesario alimentar una planta de aloe?
Las plantas de aloe son suculentas y, como casi todos sus parientes cercanos, necesitan muy poca atención para prosperar. De hecho, una de las peores cosas que puede hacer por un aloe es cuidarlo muy de cerca, y la pudrición de la raíz por exceso de riego es una de las principales causas de la desaparición del aloe.
Entonces, ¿vale lo mismo para el fertilizante? Si y no. Las plantas de aloe están adaptadas a suelos desérticos muy pobres y pueden sobrevivir con muy pocos nutrientes, pero eso no significa que no se beneficiarán de la alimentación ocasional.
Siempre y cuando no se exceda, fertilizar las plantas de aloe, especialmente las que crecen en contenedores, hará maravillas para mantenerlas sanas y felices.
Cómo y cuándo alimentar las plantas de aloe
Las necesidades de fertilizantes de aloe vera son pocas y distantes. Es mejor limitar sus aplicaciones a la temporada de crecimiento, que comienza en la primavera.
Para las plantas de aloe en el jardín, una sola lluvia en la primavera debería ser suficiente para durar todo el año. Para plantas en macetas, se necesitan aplicaciones más frecuentes, aproximadamente una vez al mes.
Los mejores fertilizantes para usar son mezclas líquidas de plantas de interior 10-40-10, o mezclas diseñadas específicamente para plantas suculentas. Evita los fertilizantes granulares. Si su aloe está en un recipiente, riéguelo bien el día antes de alimentarlo. Esto debería eliminar las sales persistentes y reducir el riesgo de quemaduras en la punta.
En caso de duda, siempre cometa menos fertilizante cuando alimente con aloe. Estas plantas necesitan muy pocos nutrientes, y aunque un pequeño impulso es bueno para ellos, demasiado de algo bueno los abrumará rápidamente.
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